Una segunda oportunidad…

 

Un 3 de agosto del 2018 a las 3:45 de la tarde tuve el peor día, sí el peor día de mi vida.

Mi historia no es tan normal, pero como muchas tiene un final feliz.  Soy una estudiante de universidad como muchas, con sueños, y anhelaba ser feliz.  Tenía una relación “perfecta” (eso creía), aparentemente era feliz.

En medio de muchas cosas, peleas, inseguridades me enteré un 1 de agosto que estaba embarazada, tenía mucho miedo, rondaron dudas por mil, pensé que se acababa mi futuro. Le comenté a mi pareja que estaba embarazada, reaccionó muy mal, me eliminó de todas las redes y me bloqueó. No sabía qué hacer, estaba completamente sola, estaba muy asustada, ¿Cómo le diría a mi familia?, pensaba: LOS DECEPCIONÉ. En mi mente todo se derrumbaba, pero era consciente que tenía que decirle a mi familia. Le dije a mi mamá, se lo dije sola, no tenía alguien que me de la mano para decir esta noticia, en fin, le dije a mi mamá y se decepcionó, sentí su rechazo, sentí como su niña le había fallado.

Su primera opción fue decirme DEBES ABORTAR, quise cambiar su forma de pensar pero nunca lo logré y ¿saben qué? Lo hice.

Fui un 3 de agosto a una sala blanca, donde estaba un doctor y una mujer, que me dijeron de todo, me juzgaron como si sabían algo de mi historia, me señalaron y como si fuera poco ME MOSTRARON que me estaban sacando “LO QUE ME DAÑABA LA VIDA”.

Cada segundo me dolió, me desgarró el corazón, gritaba y me preguntaba:  ¿Dónde estaba Dios? Dónde estaba ese Padre al que yo le rezaba de pequeña. Salí de allí con el corazón en mil pedazos, con la mente confundida. Pasaron los días, dejé de creer en Dios, llevé una vida lejos de lo correcto. Pasaron los meses, por compromiso asistí a una charla, donde estaba expuesto el Santísimo, me sentía muy incómoda porque no creía evidentemente en Dios, pasaron las horas y no entendía porque sentía muchas ganas de llorar. Sentí que debía confesarme y lo hice, le pedí perdón a Dios por todo, me sentía muy sucia y no me sentía digna.

Ese día estuve de alguna manera enferma, me sentía muy mal, así que al siguiente día decidí ir al médico, me mandaron directamente donde la ginecóloga, supuse que algo había salido mal en el aborto, tenía mucho miedo. Luego de varios minutos de silencio la doctora me dice usted está embarazada tiene 4 meses, me quedé en shock y le dije que eso era imposible porque yo había tenido un legrado muy fuerte.

Me dio una orden para un eco, fui donde el médico y en el eco me dijo: “todo está muy bien, es un varón”. No sabía cómo reaccionar, le agradecí a Dios tanto, de alguna manera me estaba dando una segunda oportunidad. Se lo dije a mi mamá nuevamente, pensé que reaccionaría como la vez pasada, pero ella estaba muy arrepentida de la decisión de la vez pasada, me pidió perdón, me invitó a orar para agradecerle a Dios porque nos ayudó a salir adelante. Porque su misericordia es tan grande y nos ayudó hacer las cosas mejores.

Mi hijo está por cumplir un año en unos meses y me siento tan agradecida por el Milagro que Dios me dio.

Si estás en una situación así no pienses jamás en el que dirán, solo piensa en tu felicidad. El bebé que tienes en tu vientre será tu mayor bendición, y te motivará a salir adelante, él te eligió a ti.

 

bebé y mamáEsta historia nos llegó de parte de una gran mujer que quiso mantener su anonimato, le pregunté si podía contarla, ayudaría a que muchas jóvenes que están atravesando una crisis, puedan convencerse de qué jamás estarán solas.

Si estás atravesando una difícil situación semejante a la que vivió ella, puedes contactarte con nosotros por interno en Comunidad de Vida – Facebook

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