#Jarcia35Años Tiempo de Amnistía

Homilía de Inauguración de Aniversario de la Comunidad Misionera Jarcia.

 

Quito, 11 de séptiembre del 2021

HOMILÍA DE LA MISA DE IGNAGURACIÓN DEL AÑO JUBILAR POR CELEBRARSE LOS 35 AÑOS DE LA

COMUNIDAD MISIONERA JARCIA

Mnsñr. Andres Carrascosa Cosmo

Nuncio Apostólico.

Queridos hermanos y hermanas de la Comunidad Misionera Jarcia que celebráis estos 35 primeros años del movimiento.

Estamos de cumpleaños y cuando se está de cumpleaños es una fiesta, ¿no?. En este momento, si les digo la verdad para mi ha sido una lucha, porque yo quiero deciros muchas cosas y hoy me voy a saltar el consejo del Papa Francisco que nos dice que las homílias no duren más de 10 minutos, ¿Me dejáis?.

Cuando uno se encuentra con una celebración como esta, tengo así como dentro del corazón que en este momento lo más importante no es mirarnos a nosotros mismos, o mirar a la fiesta que hacemos, lo más importante es descubrir y reconocer que detrás de esta expresión de vida cristiana que surge en la Iglesia hay un designio de Dios.

¡Hoy celebramos un designio de Dios! y eso es más importante, porque atrás de todo lo que llevan vivido en estos 35 años hay un proyecto de Dios, cuando se mira para atrás, sobretodo, los primeros lo ven más fácilmente, ¿verdad?.  Ha ido creciendo también una amistad entre ustedes, y nunca perdamos de vista que la amistad que nace en Dios dura para siempre, no es cualquier amistad, por eso, porque nace en Dios, porque es de Dios hay que protegerla.

Pero siguiendo lo que dice la Primera Lectura[1], de no quedarnos mirando para atrás yo quiero aprovechar hoy para invitarles a todos a mirar  hacia delante, ¿Por qué digo no quedarse mirando hacia atrás? ¿Por qué mirar hacia atrás mientras uno maneja para delante? Eso es muy peligroso ¿Verdad?.

Un aniversario como este es un llamado de Dios para colocarse en Dios, en la línea de lo que nos está pidiendo a toda la Iglesia el Papa Francisco: autenticidad, conversión (que no acaba nunca) y coherencia. Hoy es un llamado de Dios a ser aquello que Dios quiere que ustedes sean, a ser bien conscientes de lo que Dios quiere de ustedes hoy.  Esta comunidad, ha sido la puerta para que tantas personas se encuentren con Dios, como Dios quiere tanto en el matrimonio, en la virginidad, en el sacerdocio. Jarcia ha sido un instrumento, para que muchas personas se encuentren con Dios, pero hay que estar siempre atentos, las obras de Dios no existen para sí mismas, Jarcia no existe para sí mismo, si no, para estar al sevicio de Dios y del hermano, pero eso exige que hay que vivirlo en la propia vida, hay que vivir en primer lugar en tu vida, aquello que vas a proponer a los demás ¿Cómo le vas a enseñar a ponerse delante de Dios a alguien y enseñarle a que le diga al Señor: “¿Señor que es lo que tú quieres que yo haga?”, Si uno no lo estuviera haciendo en primer lugar, tenemos que vivir primero aquello que vamos a proponer, el Apostolado exige vivir tú, en primer lugar lo que les vas a proponer a otros, ¡No puedes proponer a otros, una experiencia de Dios, si tú,  no tienes una experiencia de Dios!. Y aquí también quisiera citar una frase del Salmo[2]: “Tú amor vale más, que la vida” y ese poner a Dios en primer lugar, ese hacer experiencia de Dios en primer lugar,  antes de proponerlo a otros, es fundamental, repito: “Nadie puede compartir una experiencia de Dios, si no tiene una experiencia de Dios”, así de sencillo, entonces, lo que quiero decir, es que toda esta celebración es Gloria de Dios, porque esa Gloria de Dios nos pone a nosotros delante de él y nos pone a nosotros a interrogarnos ¿Qué es lo que Dios sigue queriendo de nosotros?  Y eso, te obliga automáticamente a estar en esa disposición de conversión a aquello que Dios quiera, por eso el movimiento, la comunidad Jarcia, es un llamado a invitar a otros, a entrar en esa dinámica de relación con Dios, a colocarse en esa dinámica de conversión para el seguimiento de Jesuscristo, pero eso nos obliga en primer lugar a quienes ya estamos a plantearnos siempre la vida cristiana como un camino de conversión.

 Recuerdo del Cardenal Martini, que fue Rector mío cuando era el Padre Martini en la Gregoriana, luego fue Cardenal y Arzobispo de Milán, -escribiéndole una carta al Papa Benedicto XVI que le felicitaba por sus 80 años-, le dijo: “Estoy descubriendo que el camino que sigue, que el tiempo que sigue, a un camino de conversión, es un camino de conversión, ¡que no acaba NUNCA!, ¡que no acaba NUNCA!”.

Miren, cuando el pueblo de Dios, perdía el camino, Dios enviaba siempre a algún profeta a recordarle:

“Recuerda de donde vienes, recuerda de donde saliste, recuerda lo que Dios ha hecho contigo, ustedes no eran pueblo y de ustedes Dios hizo un pueblo, ustedes eran esclavos y Dios les hizo libres, les dio la libertad de los hijos de Dios, ustedes no tenían que comer, en el desierto y Dios les mandó el maná y hasta las perdices”, aunque el pueblo continuaba añorando, las lentejas de Egipto. Ustedes no tenían una tierra y Dios les dio la Tierra prometida”[3].

Es bueno que tengamos siempre presente esto, porque hay que recordar y no olviden la palabra RECORDAR.

COR – CORDIS = CORAZÓN, RE = CORDAR, es volver a llevar al corazón de donde salieron ustedes, de donde nos ha sacado el Señor, que es lo que el Señor ha hecho con nosotros en este tiempo, y entender que todo eso no es casualidad, que eso, repito una, dos y mil veces, eso forma parte de un designio de Dios, Porque Dios tiene un proyecto de amor sobre ustedes, por eso RECORDAR, volver a llevar al corazón lo que Dios hizo en un momento de la vida, hace 35 años, debe llevarse a preguntar por donde sigue pasando ese proyecto de Dios hoy, eh insisto hoy, no hace 35 años.

Hoy nuestra vida es nueva, podemos decir que hasta nuestro Dios es nuevo, siempre nuevo, Señor ¿Qué es lo que tu quieres que haga hoy? ¿Qué es lo que tu quieres que la Comunidad Jarcia viva hoy?.

Quisiera dejarles una frase de esta segunda lectura[4], que tomaron de Pablo a Timoteo, es una lectura que yo amo mucho y que salió en la liturgia de antes de ayer ¿Por qué la amo  mucho? Porque Pablo llama a Timoteo mi verdadero hijo querido. Y yo eso lo he tenido siempre muy claro siendo sacerdote, existe la partenidad espiritual, ¿qué es espiritual? Pero ¿Qué es paternidad? Y eso nos enseña Pablo; por un momento le dice a Timoteo: “Te recuerdo, que reavives el don de Dios”. Comunidad Jarcia “te recuerdo que reavives el don de Dios”, y esto es una responsabilidad, porque si, se responde a lo que Dios quiere de uno, de una Comunidad, van a ser capaces de proponer a otras personas este camino, y para eso nacieron, para ir Mar Adentro, para ser pescadores de hombres.

Les confieso algo, estuve tentado de no hacer esta homilía y de hacer la homilía solamente sobre ese evangelio, pero dije No, que importa en algún momento se podrá, pero hoy no, hoy yo quiero decir cosas que me salen del corazón y no quería hacerles una exégesis de un texto que yo amo muchísimo.

Les van a proponer a otros  personas ese mismo camino, que es un camino de vida, que es un camino de salvación, que es un camino de plenitud, un camino de seguir a Jesús, de hacerse discípulos, eso significa tener un maestro, el único MAESTRO, ahora bien, yo le comentaba a sus dirigentes que me visitaban, que yo en mi recorrido de vida he caminado con realidades muy parecidas a la de ustedes, entonces, uno tiene una experiencia como es desde dentro y no les hablo como alguien que cae de las nubes y no sabe lo que ustedes están llevando entre manos, por eso quisiera recordarles, lo que le pasó a una famila, amigos de Jesús, Martha y María, que cuando Jesús llegó a su casa, Martha hizo todo lo que podía hacer  por Jesús, todo trabajo preparó, que hasta le echó en cara a su hermana que no le estaba ayudando, y se quejó con Jesús; ¿Pero no te parece que tienes que decirle que me ayude?,  ¿Qué había pasado?. Jesús se convirtió en un problema para Martha. María en cambio dice el evangelio, estaba sentada a los pies de Jesús, y escuchaba su palabra.

Esto, no es una invitación a no hacer nada, sentarse a los pies de alguien en el arameo de la epoca significaba hacerse su discípulo, y lo primero para hacerte discípulo es, sentarte a los pies del Maestro a escuchar su Palabra. ¿Por qué les digo esto?, porque ustedes tienen muchísimas actividades, reuniones, encuentros, retiros, misión. Pero estén atentos, a que, en todas estas actividades Jesús, no se convierta en un problema, ¡con todo lo que hay que organizar!  Hay que dar prioridad a ser discípulo, a sentarse a los pies de Jesús, no sean Martha; “Martha, Martha te agitas y te preocupas por demasiadas cosas, mientras que una sola es necesaria y María escogió la mejor parte.”[5]No pierdan la oportunidad de sentarse a los pies de Jesús, como decía el Salmo, o uno crece en ese: “Mi alma tiene sed de ti” o al final nos convertimos en funcionarios que resuelven problemas, pero Jesús se convierte en un problema.

Por eso les invito a que Jarcia no sea solo una Comunidad para trabajar, sino que sea fundamentalmente un encuentro personal de cada uno, aquí no se habla de Jarcia, aquí se habla de cada miembro, un encuentro personal de cada uno con Dios, para poder, después, compartir en la comunidad, en la fraternidad, compartir con los demás aquello que a ti, te hace vivir ese encuentro personal con el Señor.

Miren, hace uno días me volvió a llamar la atención, tantas veces lo ha hecho, la frase de un salmo, que dice: “Que se me seque la mano derecha, si no pongo a Jerusalén en el centro de mis alegrías”[6]. La frase que uno se encuentra, de esas de tantas como que no pueden decirte nada, pero eso me llevó a preguntarme algo, que yo quiero compartir con ustedes en este aniversario que es suyo, ¿Qué estoy colocando en el centro de mis alegrías?, ¿Qué estoy colocando en el centro de mí corazón? Porque a veces podemos poner cosas equivocadas, ¿Qué estoy poniendo en el centro de mis alegrías? Y es que hay que poner a Dios en el centro de nuestras vidas, porque como coloques en el centro, otras cosas, incluso santas y buenas, el edificio se hunde, como coloques antes que a Dios, tu casa, tu familia, tus estudios, tus hijos, tu esposa, cosas santas y buenas por Dios, las cosas no funcionan.

 Dios no te quita nada, nunca, pero te pide que le pongas a Él en primer lugar, ¿Cuál es el primer mandamiento? –Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazó, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser[7], y eso no solamente está dicho para curas y monjas, ese es el primer mandamiento de la ley de Dios y sino se pone a Dios en el primer lugar, repito: -la cosa se hunde y se acaba pagando un precio, incluso alto, pero cuando pones a Dios en primer lugar, cada cosa se recompone y se pone en primer lugar. Dios no quita nada a nadie, y te hace vivir la belleza del amor esponsal, y te hace vivir la belleza del amor a los hijos, la belleza del amor a la dedicación del trabajo, la belleza de sacar adelante tus estudios, etc, etc, etc…, no quita nada, pero Dios es un Dios celoso, Dios en primer lugar.

Jarcia es un llamado de Dios, que no nace cuando te das cuenta de que existe, porque uno puede pensar, y ¿Cuándo nació tu vocación? Aaaah.., en aquel año, en aquel retiro, Nooo, no, no se engañen, “antes de que te formarás en el vientre de tu madre, te conocía y te consagré”[8], en nuestro bautismo fuimos hechos hijos de Dios, y desde el día de mi bautismo yo no me pertenezco, tú no te perteneces, pertenecemos a Jesucristo y a veces se nos olvida, la primera consagración es la baustismal, Dios me ha hecho hijo suyo, no me pertenezco, pertenezco a Jesuscrito y ser hijo de Dios es una gracia, pero es también un responsabilidad.

Por eso, este aniversario es una invitación de Dios a tomar conciencia de esa gracia de Dios, y sacarle las consecuencias, si pertenecemos a Cristo, debemos tomar consciencia y no podemos decidir las cosas sin confrontarnos con aquel a quien pertenezco, viendo las cosas con Él, consultándole a Él, y cuando uno vive así la vida tiene otra luz, tiene otra alegría y podemos ser aquello a lo que estamos llamados, a lo que nos llamó el Señor a ser luz del mundo y sal de la tierra[9]. Pero aquí, les quiero advertir de otro peligro, que corremos todos en la Iglesia, a veces en lugar de ser luz, queremos deslumbrar y Dios no nos envió a deslumbrar, nos envió a iluminar, y nos llamó a ser sal de la tierra, -ustedes saben que una comida sin sal, es difícil de tragar, pero donde se te pase la mano, no se puede comer. No podemos salar la vida de los demás, Dios no nos llama a ser protagonistas, no nos llama a ser “prima donna”[10], ¡no!, nos llama a darle a la vida aquel toque, sabor que hacen que las cosas tengan gusto, aquel toque de iluminar, de ser luz discreta, pero que te hace entender donde están las cosas, para que las personas puedan encontrarse con el Señor, eso si es lo importante, y ahí donde Dios te plantó, debes saber florecer.

Ser luz del mundo, ser sal de la tierra, no significa ser capaces de hablar palabras bonitas, hermanos ustedes saben como yo, que las personas no son tocadas por las palabras y conforme pasa el tiempo cada vez menos. Hay demasiadas palabras en nuestro mundo, y sino miren las campañas electorales, pero aquí pasa como con la educación de los hijos, ¿ustedes creen que educan a sus hijos, con aquello que ustedes le dicen? No, los hijos se educan con lo que ven que ustedes hacen, los hijos nacen sabiendo latín parte de griego, no son tontos, en nuestra vida nos pasa igual, y entonces la clave no son las palabras bonitas, la clave es el testimonio de vida, nada peor que unas palabras bonitas y una vida que habla lo contrario de lo que estás diciendo.

Un papá que le dice al niño: -Niño vete a la Iglesia a la catequesis, y el papá no pisa la Iglesia, que hace el niño aprende del papá, y apenás puede dice: -Yo no vuelvo. O aquel otro papá que le dice al niño: -Niño hay que decir la verdad, porque en la vida hay que ser honestos, y -ring- suena el teléfono y coge el teléfono el niño, y dice: -Papá es para ti; -Dile que no estoy.

Es una responsablidad hablar de Dios y hacer a otros una propuesta de un camino de Dios, porque quién propone, lo diré mil veces, tiene la responsabilidad de ser ejemplo, de ser un punto de referencia con su vida, porque es la vida la que debe hablar, y hacer que sobre ella se apoyen las palabras y ser un testimonio vivo.

Estamos llamados a ser Discípulos de Cristo, discípulos que con nuestro testimonio y nuestra coherencia de vida nos convirtamos en misioneros, en anunciadores a los demás de otro tipo de vida.

Les comparto algo personal, que compartí aquí el sábado pasado con la comunidad de los jovénes a quienes confirmé, se los repito: -En mi vida, desde muy joven hubo una palabra de Dios que me ayudó enormemente, y es una frase de un salmo, el salmo más largo de todo el salterio el Salmo 118, que allá por el versículo 105 dice: “Lámpara es tú palabra, para mis pasos, luz en mi sendero”. Me ayudó siempre, pero la entendí mejor, cuando el Papa San Juan Pablo II me nombró Nuncio apostólico en la República del Congo y en Gabón. En la República del Congo acaba de terminar tres guerras civiles en 10 años, estaba destrozado el país, no había electricidad nisiquiera en todas la capitales de la provincia, ¡Imagínense en los poblados! y una vez llegamos a un sitio perdido, era un poblado de refugiado de ruandeses, que habían caminado dos mil kilómetros para salvar la vida, y sus casas, eran de caña y barro, y al Obispo y a mí, nos dejaron sus casas, a lado de mi cabeza había un agujero, yo decía: “aquí entra, no una serpiente, sino cuarenta, las que quieran”, y no digas que querías ir al baño, porque había que irse, no al quinto pino, mucho mas allá, y en ese caso, sin luz y sin nada, te daban una lámpara de aceite, yo al final siempre acabé llevándome una linterna chiquitita, esa lámpara hacía la diferencia entre la vida y la muerte, porque esa lámpara te ayudaba a poner el pie en la senda y no encima de una serpiente, por ejemplo. Y se me iluminó todavía más “lámpara es tú palabra, para mis pasos, luz en mi sendero”. La palabra de Dios es la que les va a ayudar a cada uno y a la comunidad entera a poner el pie, donde debe ponerlo.

Por ello, les invito a escuchar la palabra de Dios, a gustar la palabra de Dios, a confrontarse con los criterios de la palabra de Dios, porque a veces nos decimos cristianísimos y catolicísimos y decidimos las cosas con criterios contrarios a la cruz de Cristo, nada que ver con los criterios que la palabra de Dios te propone.   

A mí me llama la atención que el Papa Francisco, muchas veces en el Angelus propone: “Lleven un pequeño nuevo testamento en el bolso”, Papa Francisco es cero cybernético, yo me encuentro con él cada año al menos 40 minutos así sentados hablando. Yo hoy no les diré lleven un nuevo testamento en el bolsillo, porque todos tenemos un smarphone, ¿no?, pero si les voy a pedir, váyanse al google play o al APP store, y bájense una APP de la Biblia, si quieren les recomiendo la que uso yo, me siento muy cómodo con ella, la Biblia Latinoamericana, si les recomiendo que sea una edición católica, porque se pueden encontrar sorpresas, es gratis esto no cuesta nada, pero cuando vas a esperar un bus, o cuando vas a estar esperando hasta que te llamen para entrar al dentista, pues en vez de estar leyendo tonterías, puedes estar dejando que la palabra de Dios sea lámpara para tus pasos y luz en tu sendero.

Y es que la verdad, -les decía también aquí hace una semana-, la verdad es que, abrimos poco la palabra de Dios, la verdad me da mucha vergüenza, es que tú preguntas a la gente y todo el mundo se sabe las telenovelas y todo el mundo se sabe todos los chismes de la televisión y mil cosas de internet, algunas menos aconsejables, todos los chismes de los fasmosos, todo, pero ¿la Biblia?, les comentaba que un día llego a casa de unos amigos y les digo ¿Tenéis una Bilbia? Si, sí, claro tenemos una aquí que nos regaló el cura cuando nos casó, hacia 35 años, la Biblia tenía un dedo de polvo, porque no la abrían nunca.

Entonces yo los invito a que se pregunten ¿Quién es tu maestro? Esto que es lo peor ¿Quién dejas que sea el maestro de tus hijos? La televisión, el Facebook. El que estén los jovénes hoy en un no vivir porque no les den un Like en el facebook, preócupate de que Dios te de una Like a ti, que tu vida le guste a Dios, ¡Eso si es importante! Que a él le guste lo que tú haces, todo el resto de redes sociales (les comenté que yo  estoy muy dentro de todas estas cosas), pero eso tiene que servir para compartir el fruto de lo que tú estas viviendo, no haciéndose publicidad barata, cuando dejas entrar la palabra de Dios en tu vida, comienza haber una coherencia entre lo que dices y lo que haces, entre lo que tu boca dice que crees y en lo que tu vida realmente habla que crees, entre ir a la Iglesia a misa y tu vida familiar, entre llamarte cristiano y miembro de la Comunidad Jarcia, y tu honestidad en tu vida profesional, entre lo que piensas que eres y en lo que tu vida dice que eres.

 Es la palabra de Dios la que, crea esta coherencia dentro, y nada peor que proponer  a otros este camino y luego podamos ser alguien que no vive en la verdad, en la fidelidad a su esposa, en la honestidad en su trabajo, en su empresa, porque Cristo exige coherencia, a todos, a todos, sin excepción, y en la vida cristiana, a mí me gusta mucho una frase que el Papa Francisco repite mucho y que ya la dijó Papa Benedito XVI: “La Iglesia crece, no por proselitismo, sino por atracción”, ¿me explico?: – Debemos ser capaces de hacer lo que les pasó, ¿recuerdan lo que les pasó a los dos primeros llamados Andrés y Juan (Yo estoy muy orgulloso de llevar el nombre del Apóstol que los griegos llaman el Protocleto = El primero llamado). Pues Andrés y Juan eran díscipulos de Juan, El Bautista y pasaba por allí Jesús y Juan el Bautista fue tan generoso que les dijo: síganle a Él no a mí a Él, este es el Cordero de Dios y se acercaron y le dijeron maestro ¿Dónde vives?, y Jesús respondió tranquilamente, vengan y vean, el evangelio con una de esas fórmulas que a mí me apasionan, dice: “Fueron, vieron y se quedaron”[11] eso es.

Ahora bien, tenemos que poder invitar e invitar no es hacer proselitismo, es proponer, es decir: quiero compartir contigo lo que a mí me hace vivir, invitar vengan y vean, pero atentos que a veces podríamos correr el riesgo de que encuentren entre nosotros divisiones, chismes, voluntad de dominio, no lo digo por Jarcia, lo digo por los díscipulos, si ustedes recuerdan que estabán haciendo los doce en la última cena, dándose codazos quien era el mayor, no se habían enterado nada de los pobres, eso me tranquiliza un poco a veces cuando pienso que nuestro Señor no tiene mucho éxito en cambiarme la cabeza dura a mí, a veces pienso que con ellos también le costó ¿verdad?.

Y una última cosa, yo les agradezco la camiseta de Jarcia que me regalaron, pero es más facil ponerse la camiseta de Jarcia que el distintivo del cristiano, el distintivo del cristiano no es ese, imaginen si aquí aterrizase un extraterrestre y nos preguntara ¿y ustedes qué son? Le diríamos: “Nosotros somos cristianos y somos de la Comunidad Msionera Jarcia”, y nos dirían: ¿y en qué se nota?, – ¿En qué se nota? Pues llevamos la camiseta y hacemos unas reuniones y tenemos unos encuentros y unos retiros y unas misiones, y en la parroquia el cura diría hacemos unas patronales, que bien que nos salen y hacemos el Rosario, tenemos la Misa, ¿eso es el distintivo del cristiano?  En eso conocerán que ustedes son discípulos míos, si se aman los unos a los otros[12], el amor recíproco, el mandamiento del amor nuevo es el distintivo del cristiano, en esto reconocerán todos que ustedes son díscipulos míos, es más facil ponerse una camiseta que amarse como hermanos, y ese sí es el distintivo, esa sí es la camiseta.

La vida es como es y yo imagino que 35 años, repitó: -yo no les conozco, les salude el otro día, igual, hablo muy en general porque no, les conozco y por eso me lo puedo permitir, pero yo no sé, si en este planeta pasa, pero en otros planetas que yo conozco sí que pasan. A veces en la vida van quedando heridas, roces que a veces son inevitables, hasta en los matrimonios y si no se curan uuum….

Yo creo que una fiesta como esta de los 35 años de fidelidad al Señor es una fiesta como para hacer amnistía, como para borrar, olvidar y perdonar lo que uno tenga contra otro, como Dios nos ha perdonado, haced vosotros lo mismo, nos dice San Pablo, ¿y tengo que perdonar hasta 7 veces? No, que va, no, hasta setenta veces siete[13].

Dejemos de lado todo aquello, que haya podido rozar al hermano,  herir al hermano, el chisme de acá, la cosa que sea, ¿Por qué les digo esto?, porque antes de hacer daño al hermano, nos hacemos daño a nosotros mismos, por lo que no nos conviene, ¡decretamos amnistía, eh!, decretamos amnistía, cada uno tiene en su cabeza un fichero y en ese fichero están cada uno de los hermanos y cada una de las personas que conocemos y cuando tú te encuentras con un hermano, antes de relacionarte con él vas a ese fichero, sacas la ficha y dices: “Este es uno que habla mucho, este es un orgulloso”, metes la ficha y ya te relacionas con él desde ahí, yo quisiera que hoy le hagamos un regalo todo juntos al Señor, y rompamos esos ficheros, mirémonos con ojos nuevos, de hijos de Dios a hijos de Dios, y esta es la mejor manera de darle gracias a Dios por esta enorme gracia  de estos 35 años y la mejor manera de comenzar los años que Dios quiere por delante.

Todo esto con la consciencia de saber que Dios nos ha sacado de donde estábamos y que hoy ya no estamos  y podemos comenzar una manera nueva de relacionarnos, y yo siempre que le hablo a un grupo de Iglesia, tengo una manía y me la van a perdonar, pero ya voy a terminar con esto y no me alargo más, en todos los grupos de la Iglesia hay personas que participan y en algún momento se enfrían por lo que sea y hoy ya no están, ¿podemos olvidarnos de que somos hermanos? No, miren sus listas, recuerden quienes han hecho camino con ustedes y hagan una llamada teléfonica, una llamada gratuita de amor puro, ¿Cómo estás?, ¿Cómo te va en la vida?, rezo por ti, sería una manera hermosa de celebrar los 35 años.

Monseñor, Andrés Carrascosa Coso, nació en Cuenca, España, el 16 de diciembre de 1955 es un arzobispo y diplomático español que actualmente se desempeña como Arzobispo Titular de Elo y Nuncio Apostólico en Ecuador. El 31 de julio de 2004, el papa Juan Pablo II lo nombró Nuncio Apostólico en Congo del Este y Arzobispo Titular de Elo. El 26 de agosto de 2004, el papa Juan Pablo II lo nombró Nuncio Apostólico en Gabón. Fue consagrado el 7 de octubre del mismo año, en la Basílica Papal de San Pedro, Roma, Diócesis de Roma en Italia, a manos del Cardenal – Obispo de Albano, Angelo Sodano. Sus co-consagradores fueron el por entonces Secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Robert Sarah y el por entonces Obispo de Cuenca, Ramón del Hoyo López.   El 12 de enero de 2009, el papa Benedicto XVI lo nombró Nuncio Apostólico en Panamá. El 22 de junio de 2017, el papa Francisco lo nombró Nuncio Apostólico en Ecuador. El 14 de septiembre de 2017, arribó a su misión apostólica.


[1] Lectura del libro de Isaías.

[2] Salmo 62.

[3] Referencia al Libro de Deuteronomio capítulo 8.

[4] Segunda Carta a Timoteo 1,1-13.

[5] Lucas 10, 38-42.

[6] Salmo 137, 5-6. 

[7] Deuteronomio 6, 5.

[8] Jeremías 1,5.

[9] Mateo 5, 13-16.

[10] En el ámbito de la ópera, prima donna es el término en italiano que se usa para designar a la primera cantante, mujer que desempeña los papeles principales y que generalmente es soprano

[11] Jn 1, 36-39
[12] Juan 13:34-35
[13] Mateo 18, 21-35

 

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