En tu nombre seguiremos echando las redes, Señor…

Dios no nos pide triunfar sino trabajar y nuestro trabajo será recompensado aunque no nos hayan escuchado.
Hay más. ¿El diablo deja de tentar a los fieles aunque prevea que muchos serán salvados? Miren con qué cuidados, infernal perseverancia, detestable solicitud, persigue al alma hasta su último suspiro. Hasta ahí, no desespera. ¿Piensan acaso que su obispo no hará para salvar su alma al menos lo que el diablo hace para someterla? Cristo sabía que Judas no se convertiría y sin embargo hasta el fin quiso intentar su conversión, reprochándole su falta en términos conmovedores: “Amigo, cumple tu cometido” (Mt 26,50). Si Cristo, modelo de pastores, trabajó hasta el fin para la conversión de un hombre desesperado, ¡cuánto debemos trabajar por aquellos en quienes se puede esperar!
San Juan Crisóstomo.
Presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia

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