EL BUEN AROMA DE CRISTO

 

¿Qué es la Comunidad de Vida?

O qué intenta ser la CDV escuchemos lo que nos dice San Juan: “María tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con el los pies de Jesús y los secó con sus cabellos.” Esta mujer no se los secó con un lienzo sino con sus cabellos para honrar el nombre de Jesús dice San Coromacio.

La casa se impregnó con la fragancia del perfume. Nuestra casa, aparte de estar siempre limpia y ordenada es un reflejo de lo que debe haber en el corazón.

Ser el buen aroma, más que de nardos que han de ser muy fragantes, seremos el aroma de Cristo, aquel que se ha quedado a vivir en la sala de nuestro corazón que recibe a todos sin excepción, y que recorre las habitaciones de nuestra memoria redimiéndola y espera que lo invitemos a cenar con nosotras, cada tarde o cada mañana en la Eucaristía.

Seamos como María, la hermana de Lázaro y como María Magdalena y como nuestra Madre, aquellas que escogieron la mejor parte y escojámoslo siempre a Él, regando sobre Él nuestros mejores perfumes que son: El abandono total en sus manos, la entrega total de nuestras vidas, la confianza desmedida y el servicio con un corazón universal.

Dar siempre más y mejor, hermanas, esa será nuestra consigna: En todo amar y servir mejor a Cristo que ha resucitado en nuestras vidas y en nuestra comunidad de vida.

Cristina.

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