Un pacto de amor en tiempos de #coronavirus.

“Lo traté con mucha ternura, lo conquisté con expresiones de amor, Con lazos humanos y vínculos de amor los atraía. Yo la alzaba en mis brazos y jugaba con él, contento de ver sus sonrisas. Yo mismo le daba de comer, como a un niño pequeño”. Oseas 11, 4.

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Pensábamos esta mañana, mientras desayunábamos que podíamos escribir para la Iglesia y todos los hermanos que atravesamos la cuarentena, cuarenta días del desierto para aprovecharlo al máximo o desparramarlos, será una decisión nuestra, ambas con distintas consecuencias. Sin embargo, vimos la necesidad de escribirle a nuestra comunidad cristiana llamada Jarcia, puesto que los obispos, sacerdotes, se han encargado de hablar a su rebaño, indicándonos que mantengamos la esperanza y el Papa lo ha dicho enfáticamente al mencionar que: “(…)debemos recurrir al sentido común, para tomar medidas que no dejen solos, a los fieles, que deben sentirse acompañados por el consuelo de los sacramentos y la oración. (Infobae, 2020)

Ahora bien, al percibir, la preocupación de nuestros coordinadores, la expectativa de cada jarciano, la obediencia silenciosa al acatar las disposiciones de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, la alegría con la que se conectaban para hacer videoconferencia y recibir su fraternidad. Nos hemos percatado del inmenso amor que el Gran Pescador tiene por sus jarcias, que no deja de enviar su Espíritu Santo a quienes lo invocan con sincero corazón.

Es por esto, que hemos decidido escribirles, aunque a veces creemos que está de más, recordarles, que somos el pequeño rebaño de Cristo, que Él no permitirá que ningún cabello de nuestra cabeza se caiga sin autorización de Él, (aunque a algunos se nos caiga el cabello más que otros jejeje).  Estamos en su querer, ahora es cuando necesitamos convencernos de todos aquellos gritos de guerra que exclamamos en los campamentos: “¿Qué dice Filipenses 4,13?”; “¿Qué dice Mateo 17,20?”; y de permanecer alegres y en la esperanza firme en aquel que hace todo nuevo.

Nuestros lineamientos plantean como regla de vida o razón de vivir el mandamiento nuevo de Jesús: “Amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a ti mismo”. De ahí podemos ordenar nuestro plan de vida en estos días preguntándonos: ¿Cuáles son los pilares de nuestra espiritualidad jarciana? ,¿Qué es lo que a un jarciano le sale natural hacer?, ¿Cuál es la personalidad de un jarciano en momentos de dolor y alegría? ¿Cómo podemos ser misioneros en nuestro propio lugar?.

Los mismos lineamientos nos responden: Oración, formación y acción.  Cada uno según su carisma, puede buscar mil maneras (empezando por una) de cómo dar gloria a Dios, les daremos algunas ideas:     Creo que tú puedes ir aumentando esta lista, el reto consiste en que la base de cada cosa que hagamos la hagamos por amor y con alegría.

         Seamos la sal y la luz que el mundo en estos momentos necesita y hagamos vida nuestro himno: A imagen de Cristo queremos: Ser más, valer más, para servir mejor(…)

“No dejes que te roben la esperanza y la alegría, que te narcoticen para utilizarte como esclavo de sus intereses. Atrévete a ser más, porque tu ser importa más que cualquier cosa. No te sirve tener o aparecer. Puedes llegar a ser lo que Dios, tu Creador, sabe que eres, si reconoces que estás llamado a mucho. Invoca al Espíritu Santo y camina con confianza hacia la gran meta: la santidad. Así no serás una fotocopia. Serás plenamente tú mismo. Papa Francisco, Exhortación #107, Christus vivit, 2019.

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