Mis vacaciones con el Principito

¡Hasta en el descanso damos Gloria a Dios!.

      Estas vacaciones me dieron para leer un hermoso librito, que por cierto es muy famoso y su lectura es recomendada.  Su lectura me ha gustado mucho a diferencia de otros libros que a veces resultan un poco cansados y largos, este mensaje me ha parecido profundo y reflejado con una gran sencillez y profundidad.

     Una de las frases que más me gusto y me llamo mucho la atención fue “Los ojos están ciegos, es necesario buscar con el corazón”.

    Actualmente nuestra sociedad, se ha convertido en una sociedad consumista donde nos fijamos más de lo tangible, tecnología, compras, redes sociales, etc.  Tenemos el corazón puesto en lo que poseemos o acumulamos, de los éxitos que logramos, dejando de lado todo lo que realmente somos y lo que realmente importan los demás.

     Este librito representa una crítica social y, sobre todo, una crítica al mundo de los adultos, que se han olvidado ser como niños.  ¿No hace eco, este mensaje del mensaje de nuestro Señor Jesucristo.  «Dichosos los que son como niños, porque de Ellos es el Reino de los Cielos»?. (Mt, 19,14).

         La lectura de este librito representa también un examen de conciencia para quienes al ocuparse mucho de las cosas del mundo perdieron su inocencia, su ternura, su capacidad de asombro, así como, la espontaneidad y muchas de las cosas que caracterizan a un niño, y han adaptado muchas veces características negativas como las ansias de poder, la vanidad, el egoísmo; justo aquellos vicios que El Principito fue descubriendo en cada planeta que iba conociendo.

Es bueno que de vez en cuando nos cuestionemos ¿Cuántos hemos abandonado lo esencial de la vida?; ¿Cuántos hemos dejado de buscar aquello que nos hace felices?, ¿Qué es lo que verdaderamente llena mi corazón?.

Sin duda alguna este pequeño relato nos recuerda el motivo del por qué y el para qué vivimos. Nos habla del esfuerzo, el sacrificio, el tiempo dedicado a desarrollar nuestras aptitudes, la lucha por alcanzar los ideales nobles, el afán por estrechar lazos de amor y amistad, y que todo ello tiene una recompensa en forma de satisfacción, alegría, esperanza e ilusión; pero no se ve, porque lo esencial y lo que nos embellece es invisible a los ojos

La Rosa

 ¡Yo ya encontré mi rosa en mi consagración,

espero de todo corazón ustedes encuentren la suya!.

 

Con cariño,

Melissa.

@m_licita12

Pincipito y Sancho

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