“¡Si tú lo quieres, ¡lo quiero también yo!”.

        “Por ti Jesús. Si tú lo quieres,  ¡Lo quiero también yo!”. Chiara Luce Badano.

aslma lucy

Aunque no igualo a Chiara que vivió y sufrió por amor a Cristo, nos hemos hecho buenas amigas en estos días de disciplinada y un poco tediosa recuperación. Han sido momentos llenos de sorpresas y al igual que ella, he experimentado la alegría de tener muchos amigos y conocidos que rezan por mi, sacerdotes preocupados por mi salud, una comunidad y miembros de la Iglesia que prestan toda su ayuda material y espiritual (¡y algunos sin conocerme!) y una familia y hermana de comunidad que me cuidan como si se tratara del mismo Cristo.

Estoy convencida de que no hay mayor amor que dar la vida por los amigos, es la consigna, no obstante, es un aprendizaje reconocer y admirar como amigos también dan la vida por ti y te aman, te visitan y aunque no puedas hablar simplemente están ahí. Ni imaginar la comunión de los santos y aquellos hermanos de todo el mundo, que desde sus sacrificios y silencios ofrecen sus vidas por la Iglesia y sus hermanos. ¡Pensar en esto realmente es entrar a una antesala del cielo!

Recordando una frase de C.S. Lewis: “Dios susurra en nuestras alegrías, habla en nuestra conciencia. Pero en nuestros dolores grita…”; creo que Dios ahora quiso decirme, una vez más, con todas sus fuerzas, con toda su alma y con todo su corazón que me ama y que me necesita, pues no se entiende de otra manera tantos detalles inesperados y tantas muestras de amor de sus hijos, inclusive de los que no creen en Él.

Quizás podemos imaginar un poquito lo enamorado que está Dios de nosotros. La razón lo puede deducir y la fe expandir pero concluiríamos lo mismo, al igual que cantó el salmista: “Tanto saber me sobrepasa, es sublime, y no lo abarco”.  Ya que es un Padre con un amor y ternura infinita que no puede ser aprehendido por nuestra conocimiento aún limitado.

Yo sé que la meta de todo cristiano es como en el matrimonio, ser fiel en la salud y en la enfermedad, en la pobreza o riqueza, en la paz o en la persecución, y a diferencia de éste la muerte no los separa, al contrario los afianza más en un abrazo fuerte tras haber escuchado un: “Venid bendito de mi Padre”.

Screen Shot 2016-02-04 at 1.39.42 PMEn estos tiempos que vivimos también es un gran desafío seguirle, imitarle, amarle y alcanzarle y también da una gran alegría saber que contamos con muchos cirineos que nos ayudan a lograrlo.

Uno de mis salmos favoritos es el 115 ¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?. Pero ahora quería compartirles este Salmo 30 que me llegó como un regalo en estos días. Y sé que ustedes también lo reflejan con sus vidas ya que han entendido que lo más importante es amar a Dios y servirle lo demás, todo lo demás, es pura vanidad sobre esta tierra.

“A ti clamé Señor, a mi Dios supliqué . ¿Qué ganas si me muero y me bajan al hoyo? Podrá cantar el polvo tu alabanza o pregonar tu fidelidad?. ¡Escúchame Señor, y ten piedad de mi, sé Señor mi socorro!. Tú has cambiado mi duelo en una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría. Así mi corazón te cantará sin callarse jamás. ¡Señor, mi Dios por siempre te alabaré!”. Salmo 30 (29)

Con sincero afecto.

Cristina.

@LaCristiFranco

Últimas Entradas

A %d blogueros les gusta esto: