Esperando a un Rey que viene…

Miércoles 19 de Noviembre de 2015.

Dedicación a las Basílicas de Pedro y Pablo

“Quítenle el dinero y dénselo al que ganó diez veces más (…) y en cuánto a mis enemigos que no querían tenerme como Rey tráiganlos acá y mátenlos en mi presencia” San Lucas 11, 24.27

Queridas hermanos:

El Señor utiliza la fuerza de sus palabras y este duro ejemplo para darnos a entender lo grave de rechazar la gracia. A menudo contemplamos como el ser humano rebelándose contra Dios termina por rebelarse contra su propia naturaleza humana: guerras, muerte, aborto, eutanasia, ¿No son los frutos cosechados de aquel que enterró las posesiones encomendadas por el Rey?. De aquel que enterró la gracia, de aquel que más que miedo al Rey tuvo miedo al mundo, tuvo los respetos humanos y rechazó las exigencias de Aquel que cosecha donde espera que nosotros sembremos la Buena Nueva. Pensemos en nuestra alma. ¿Qué riquezas me ha confiado Dios para que sea santo?. ¿Lucho con ilusión por regar aquel terreno con obras de misericordia o me contento solo con la mediocridad de dar solo lo poco?.

mi rey

Recordemos también que Dios le quitará su gracia al que “la escondió en un pañuelito” para darle al que produjo más. Para dárselo al que se esmeró en servirle mejor y amarle hasta el extremo. Y lo premiará llenándolo de un amor hasta el extremo. Porque amor con amor se paga. Empecemos hoy como lo dijeron e hicieron San Pedro y San Pablo. “Tú lo sabes, tú sabes que te amo”. Y murió crucificado. Y “He peleado el noble combate, he alcanzado la meta” y murió decapitado. Empecemos hoy depositando en el Banco del Cielo las riquezas que se nos ha confiado para generar muchos intereses a la venida de nuestro Cristo Rey.

Fraternalmente,

Cristina.

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